“Sacar a mi familia adelante, es mi sueño con el fútbol” Samuel Álvarez

Samuel Álvarez Cano, se ha constituido en un baluarte importante en el fútbol del municipio de Itagüí, bajo las órdenes de Javier Arango, ha sido pieza importante para Ditaires F.C, la Sub-23, el torneo de Liga y dio la mano en varios partidos definitivos de la Selección Intermunicipal.

Es un muchacho dedicado a su fútbol, espera grandes logros para sacar a su familia adelante y lograr el sueño de todo futbolista, llegar a ser profesional.

Aquí Álvarez Cano, el gran defensa centro, nos cuenta cómo ha sido su trayectoria futbolística yha sido su paso por el fútbol de Itagüí.

¿Cuánto hace qué está en el fútbol?

“Desde los 8 años prácticamente, mi mamá al ver que yo estaba sin hacer nada en la casa, le da por decirme que me quiere meter a una escuela de fútbol por allá en Robledo, que es donde yo vivo y desde eso estoy en esto”.

¿Usted vive en Robledo, toda la vida ha vivido por allá, o ha vivido alguna vez en Itagüí?

“No, yo toda la vida he vivido en Robledo”.

¿Cómo llega usted al fútbol de Itagüí entonces, viviendo en Robledo?

“Después de yo estar  varios años allá, en la escuela de Robledo, me presento a las convocatorias en Envigado. Duré un tiempo en Envigado, casi 4 años, cuando a varios jugadores de allá nos sacan de la nómina, mi compañero Santiago Romero me informa del objetivo que quieren acá en Itagüí con las selecciones de los equipos de fútbol y me dice que venga a participar de este equipo y acá estoy”.

¿O sea, usted vino a entrenar, lo vieron y se acomodaron con usted?

“Sí señor, vine a la convocatorias en enero, tuve una lesión mientras estaba en la convocatorias, pero salí de la lesión y quedé en el equipo, gracias a Dios”.

Usted empezó a jugar a la edad de 8 años; ¿se acuerda en cuál equipo jugó?

“Se llama Juego Limpio Altamira, eso queda en el barrio Altamira Robledo, con el profesor José Alberto. Ahí hice todo lo que fue la Pony, Asobdim, hasta la primera liga que fue la sub 13-12, no sé cuál fue en ese momento. Ya de ahí como ese equipo sólo tenía esa categoría, me tocaba dónde jugar, ahí fue donde me presenté en las convocatorias en Envigado que fue casi 2 semanas seguidas, muchos jugadores, casi 200 jugadores, gracias a Dios quedé entre los seleccionados”.

Antes de preguntarle cómo le ha ido...usted estudió hasta qué año, usted tenía 8 años cuando empezó a jugar fútbol, ¿qué estudios hizo?

“No, yo por las tardes entrenaba, por las mañanas estudiaba, siempre ha sido así, en la jornada que no estudiaba, entrenaba, hasta el año pasado que me gradué. Este año empiezo hacer una tecnología en el ITM, allá en Robledo”.

¿Qué estás estudiando?

“Electrónica”.

Entonces se acomodó en el equipo, Javier Arango empezó a mirarlo, Cristian Osorio y Didier también, en fin, se fue acomodando. ¿Cómo fue esa llegada suya y cómo ha sido esa familia de la selección con ud?

“Ya después de que llegamos, prácticamente todos éramos nuevos, no había un equipo base, entonces todos nos teníamos que acoplar a nosotros mismos, se fue creando esa familia, día a día, todas las mañanas cuando venimos a entrenar más se une, los profesores nos generan la confianza, entre nosotros los mismos jugadores, estamos luchando muchos torneos, ya hemos ganado uno que fue el de La Estrella, a los muchachos de la Departamental se les escapó el título allá en Urrao, pero vamos con todo, vamos con el Sub-23 y con la Liga Antioqueña de Fútbol, que jugamos de local”.

¿Cuál es el sueño suyo Samuel?

“Poder sacar mi familia adelante por medio del fútbol”.

¿Dentro de 10 años, cómo se ve Samuel en el fútbol?

“Con la ayuda de Dios teniendo un hogar, una familia estable, que no tenga necesidades y jugando para el equipo que me dé la oportunidad de poder brindar mis condiciones”.

¿A qué técnico le ha aprendido más?

“Al técnico que yo más le aprendí fue uno que tuve en El Envigado que se llama Héctor Acevedo le decían “Abel”. Él fue el que cuando hice las convocatorias me dejó, es el que más me ha enseñado cosas, a él de debo mucho y también a mi técnico que fue fundamentó allá en Altamira, a José Alberto, él fue el que me enseñó la disciplina y el carácter que tiene que tener uno para jugar éste deporte”. 

Cómo ve la figura de Javier Arango?

“Javier Arango? El técnico, el técnico de nosotros, él es el mejor y sabe cómo ubicarnos en la cancha y cómo hacer para que este equipo esté sacando esos  resultados tan importantes que necesita Itagüí”.

¿Cuál es el panita suyo, el “parcerito”  en la selección?

“En la selección, con el que yo más me  hablo ha sido Romero desde que estábamos en Envigado. Desde que yo llegué a Envigado me acoplé mucho con él, siempre es para arriba y para abajo con él y ya van casi 6 años de amistad con él”.

¿Cómo se entiende usted allá en la defensa, en la Inter-municipal con Víctor Muñera y Chiruza?

“Jugar con esos dos, como dice Javi, son los eternos, uno no tiene que acoplarse, con estar ahí ellos hacen ver el juego muy fácil, es muy fácil jugar al lado de ellos dos porque con la experiencia que ellos tienen y tanta cancha que ellos han recorrido, se le hace a uno muy fácil jugar”.

En Ditaires, ¿cuál es el compañero con el que mejor se entiende ahí en el juego, en el terreno, en la defensa?

“En la defensa, cuando al lado mío está Brian que es el otro central. Con él desde que empezaron las convocatorias he estado ahí, al lado de él y es con el que más me entiendo, más nos respaldamos y sin tenernos que comunicar tanto nos sabemos respaldar y ayudar ahí en el campo”.

¿Usted se ve jugando en ese estadio que tiene ahí detrás de usted (El Metropolitano de Ditaires), el otro año?

“Esa es la ilusión don Alfonso. Desde principio de año que nos dijeron eso, todas las mañanas venimos aquí a darlo todo para poder que el otro año que viene poder jugar en ese estadio la Primera B Profesional”.

O sea que Ditaires va por muy buen camino, ya ustedes están en la cima de este torneo, van a pelear ya finales, o sea que el sueño está muy cerquita lo están arañando.

“Está muy cerquita pero  no  podemos dejarlo escapar, porque así como uno sube, así mismo baja, entonces todo lo que llevamos este año, afirmarlo ganando todos éstos campeonatos que nos vienen, todas esas finales para poder mostrar resultados, para poder que ellos vean que tenemos un equipo para poder jugar una Primera B”.

¿Usted cuándo lloró la última vez y por qué?

“La última vez que lloré fue hace tres años que estaba jugando en la Marte con Envigado y una jugada, fui a darle un pase a Romero y se me queda la rodilla atrancada, cuando ya me llevan al médico me dice que tengo ruptura de ligamento cruzado anterior y que me tienen que operar. Esa fue la última vez que lloré”.

¿Y cuál fue su mejor momento, el día más feliz que usted haya vivido en el fútbol?

“El momento más feliz? No, pues cada que uno juega tiene unos momentos muy felices, pero el mejor fue una vez que estábamos jugando un torneo, el torneo se llamaba  La Copa Samsung, estábamos jugando en Pereira, íbamos a empezar el torneo, estábamos jugando de visitantes y ese día, allá en la ciudad de Pereira tuve la oportunidad de marcar dos goles. Ese día ha sido uno de los mejores momentos para mí”.

¿Tiene novia?

“Sí señor”.

Hábleme de ella.

“Llevo con ella ya 2 años, hace año y medio que nos apegamos más, convivimos mucho más y desde que estábamos en décimo nos conocimos en el colegio y ya, para arriba y para abajo con ella, ella me da mucho apoyo, me motiva mucho, es la que me ayuda a salir adelante”.

El sueño está muy cerca, está a la vuelta de la esquina. Usted qué le puede decir a aquellos muchachos que de pronto están jugando fútbol y ven las cosas muy lejanas, ¿qué consejo les da? 

“Que no se rindan, que todo en la vida no es fácil, hay que jugar, hay que entrenarse, porque es que las cosas tampoco caen del cielo, que si quieren algo hay que luchar por ellas, trabajar por esos sueños que cada uno quiere”.

Una anécdota que jamás se le haya olvidado. O sea, en cualquier momento de la vida del ser humano, en el trabajo, en la casa, en la calle, tiene un recuerdo, una anécdota, algo curioso, triste, alegre, algo que le haya pasado a usted.

“Este año, eso fue hace qué? cuatro meses… venía yo para entrenamiento, salía con mi hermana de mi casa, yo siempre la llevo al trabajo y ya yo me sigo para acá , para Itagüí. Veníamos por ahí por la calle Colombia, cuando desafortunadamente, venía yo en la moto y se me atravesó un señor en una bicicleta; por obra y gracia de Dios no nos matamos mi hermana y yo y nos atajó una baranda del puente, porque o si no, no estaría yo acá contando ésto, estaría por allá en Barbosa, en el río”.

Y a propósito de Dios, ¿usted cómo ve esa figura, si es que alguna vez se la ha imaginado?

“Dios, Dios es el más grande de todos, sin Dios  no estaríamos acá y como te digo, gracias a ÉL estoy acá vivo porque fue un milagro que yo no me matara ahí en ese puente con mi hermana, más que todo porque como te digo: pura suerte, sino, el golpe, la velocidad a la que iba y ese muchacho me salió de la nada. Gracias a Dios es que estoy acá vivo y me ha dado todas éstas oportunidades de salir adelante”.

Samuel, ha sido un honor, un placer tenerlo acá en el recorrido de las entrevistas que estamos haciendo de todos sus compañeros, tanto Intermunicipal, como Ditaires, Departamental, La Liga, en fin, vamos a tratar de hacer un recorrido con la mayoría de todos ustedes. Que Dios lo bendiga hombre y un placer tenerlo en El Escenario de los Clásicos.

“Muchas gracias don Alfonso, el placer es mío de poder estar acá con usted competiéndole mi anécdota y decirle a los muchachos que no se rindan, que luchen por sus sueños”.