Murió el icónico Ozzy Osbourne, vocalista de Black Sabbath


El mundo del Rock y del metal llora a uno de sus más grandes ídolos. El legendario vocalista de Black Sabbath llevaba luchando contra el párkinson desde 2004.

Ozzy Osbourne, el líder del grupo de heavy metal Black Sabbath, murió hoy martes a los 76 años, anunció su familia en un comunicado.

Osbourne "estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento", agregó el comunicado.

Ozzy Osbourne, legendario vocalista de la mítica banda Black Sabbath, perdió la movilidad en sus piernas como consecuencia del párkinson que le fue diagnosticado en 2004.

El párkinson es un trastorno neurodegenerativo progresivo que afecta el sistema nervioso y el control del movimiento. Suele avanzar de forma lenta, iniciándose con un temblor casi imperceptible en una mano. Aunque ese síntoma es el más conocido, la enfermedad también provoca rigidez muscular, lentitud motriz y alteraciones en el equilibrio y la coordinación.

El fallecimiento de Osbourne, una de las figuras más emblemáticas del rock y el heavy metal, se produjo pocas semanas después de su último concierto junto a Black Sabbath en Villa Park, Birmingham, su ciudad natal.

Allí, el pasado sábado 5 de julio, la banda ofreció una emotiva interpretación de "Paranoid", su mayor éxito, ante una multitud entregada que llenó el estadio del Aston Villa. “I love you (los amo)”, gritó con su inconfundible voz rasposa el carismático cantante, rodeado de grandes figuras del género.

Sentado en un trono especialmente diseñado para él, que evocaba la estética oscura que siempre lo acompañó, Osbourne ofreció su despedida definitiva. Atrapado por los temblores, pero sostenido por la fuerza de su leyenda, se despidió del escenario como el verdadero padrino del heavy metal.

Fue un adiós crudo y conmovedor, acompañado de sus inseparables compañeros de Black Sabbath y de decenas de miles de fanáticos que viajaron desde distintos rincones del mundo para rendirle tributo. Por una noche, Villa Park se transformó en una catedral pagana, donde el heavy metal fue celebrado con devoción y nostalgia.

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