Pasado, Presente y Futuro del Club Saltamontes. 14°Parte


Juan Camilo Gallo Mejía, “El Pollo”, el amigo de la adrenalina y el vértigo

En esta información especial de los 28 años del Club Saltamontes, ya estamos llegando a la parte final de los reportajes de los muchachos de la vieja guardia, hoy nuestro invitado es Juan Camilo Gallo Mejía, el “Pollo” de la época que nunca le temió al estrés y al vértigo.

¿A ver Pollito, usted en qué año llegó al Club Saltamontes?

“Yo llegué en el año 94 a un gran club, proveniente de La Estrella, allí compartí con los compañeros de Itagüí donde me acogió el amigo Leoncio, con un cariño y como una familia que fuimos todos y allí tuve la oportunidad de competir en los campeonatos departamentales y sacar varios títulos, hoy por hoy hermano retirado de las pistas pero ya haciendo las cosas de la mejor manera, ya con los amigos que nos volvemos a reunir, muy contentos de volvernos a ver, de tanto tiempo que recorrimos las pistas y por todas partes de Colombia”.

¿Cuál fue el logro más alto que durante el tiempo en que estuvo en el bicicrós en Saltamontes logró; qué fue la cima más alta que escaló en el bicicrós?

“Yo llegué a ganar varios campeonatos departamentales, nacionales, también tuve uno en Chinchiná. De pronto la parte económica no nos dio para más y ya llegué en un momento donde ya estaba próximo para irme para El Ejercito y ahí, de pronto el deporte lo tuve que dejar por un rato”.

¿Usted qué le debe al bicicrós?

“Lo que soy ahora, una gran persona, como familia, con educación, como Leoncio que nos ayudó a ver las cosas de la mejor manera, sin tener vicios y yo creo...ésto se lo voy a regalar yo a los hijos para que ellos disfruten de lo que fue el  deporte, de lo que yo hice cuando era más joven, entonces quisiera que como que coger ésta familia de nuevo”.

A propósito de Leoncio, ¿quién es Leoncio para usted?

“Le voy a resumir en una palabra muy corta: es un papá. Es un papá para nosotros, es una persona ejemplar donde nos mostró un cariño incondicional, que nos dio el empuje y esa verraquera para seguir luchando y aprender muchas cosas de esto”.

¿Cuál es esa anécdota suya que jamás se le borrará de la mente que le haya pasado en el bicicrós?

“Que recuerde en el momento, en Urabá, en la Pista Camacol, cuando fui a buscar el casco, ¡ummm! por ningún lado, ¡juepucha! qué voy hacer? y una niña por allá, una morena, fue la que me lo prestó y era rosado,  eso fue muy charro, todo el mundo me gozaba, pero me lo gané, me lo gané, me fue bien, con un casco prestado y yo: ¡uy no!, pero me lo robaron, yo nunca lo volví a ver”.

¿Por qué le dicen "El Pollo”?

“Porque era muy atrevido, era muy loco, me gustaban los vértigos, me gustaba el estrés, me sentía solo y el que me colocó así fue el amigo Rafael, el narrador, me puso "Pollo Loco" y así me dejaron.

¡Don Rafa!

Rafafá.

¿Qué recomendaciones le da  a todos esos pelados, a todos esos jóvenes que sueñan hoy con ser grandes campeones del mundo?

“Que luchen, que sean alguien en la vida, que demuestren que éste es un deporte extremo, es un deporte bonito desde que usted lo haga con dedicación, con esfuerzo y consigue grandes cosas. Yo los invito a todos, que si tienen la oportunidad de ir a las pistas del bicicrós, créeme que es una aventura espectacular”. 

Que Dios lo bendiga hombre. Gracias por estar en El Escenario de los Clásicos.

“Dios le pague a usted hermano y una alegría inmensa de tenerlo por acá”. 

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